Supongo que en la vida, nunca nada te llega a llenar del todo. Cuando la ilusión se va perdiendo, lo poco que se puede hacer es salvarse. Pero mi brújula está rota, ya no marca el norte correcto y no consigo escapar. Y no sé si tú puedes guiarme. Porque otra vez siento ese maldito vacío que me hace sentirme tan hueca por dentro, tan sola en esta vida. Quizá esté condenada a sentirme sola aun estando rodeada de personas. Y no quiero que confies en mí porque no tengo ni idea de dónde quiero llegar, puede que nos perdamos. Sólo quiero que me agarres la mano fuerte, que me aprietes, quiero que me hagas daño, mucho daño, pero que no me sueltes hasta que no se te agoten los besos, que no dejes de mirarme hasta que se te acaben las ganas. Porque cuando esté sin ti, acabaré por atarme las manos y aferrarme a un pasado que aún estará presente, las lágrimas que se perderán entre los recovecos de mi mirada, será cada uno de los momentos que hemos pasado y los besos que me han calado hasta los huesos, seguirán intactos sobre mi cuerpo. Perdemos tantas cosas al día sin darnos cuenta y sin darnos cuenta nos perderemos a nosotros mismos. Y en realidad no sé qué perdemos, si lo que tenemos o lo que tenemos miedo a perder. Pero yo tengo miedo y mucho.
(Y, por suponer, también supongo que esta es la parte triste que se esconde tras un...te quiero)