Nothing like you

NOTA ANTES DE LEER EL CONTENIDO DEL BLOG: Por favor, NO te apropies de lo que no te pertenece.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿De verdad?

Supongo que en la vida, nunca nada te llega a llenar del todo. Cuando la ilusión se va perdiendo, lo poco que se puede hacer es salvarse. Pero mi brújula está rota, ya no marca el norte correcto y no consigo escapar. Y no sé si tú puedes guiarme. Porque otra vez siento ese maldito vacío que me hace sentirme tan hueca por dentro, tan sola en esta vida. Quizá esté condenada a sentirme sola aun estando rodeada de personas. Y no quiero que confies en mí porque no tengo ni idea de dónde quiero llegar, puede que nos perdamos. Sólo quiero que me agarres la mano fuerte, que me aprietes, quiero que me hagas daño, mucho daño, pero que no me sueltes hasta que no se te agoten los besos, que no dejes de mirarme hasta que se te acaben las ganas. Porque cuando esté sin ti, acabaré por atarme las manos y aferrarme a un pasado que aún estará presente, las lágrimas que se perderán entre los recovecos de mi mirada, será cada uno de los momentos que hemos pasado y los besos que me han calado hasta los huesos, seguirán intactos sobre mi cuerpo. Perdemos tantas cosas al día sin darnos cuenta y sin darnos cuenta nos perderemos a nosotros mismos. Y en realidad no sé qué perdemos, si lo que tenemos o lo que tenemos miedo a perder. Pero yo tengo miedo y mucho.

(Y, por suponer, también supongo que esta es la parte triste que se esconde tras un...te quiero)

jueves, 19 de agosto de 2010

Tú, que sonríes cuando me miras.

Tú, que llegaste como un intermitente a mi vida y espero que no acabes siendo un piloto fundido. Tú, que entre suspiros me robaste alguna que otra tímida sonrisa. Tú, que acabaste siendo el mejor postor el día que subasté mi vida al precio más bajo. Tú, que sabes lo que voy a decir antes siquiera de que lo piense. Tú, que has cambiado mi rutina. Tú, que has borrado mil dudas y miedos. Tú, que me ganaste desde el principio sin gesticular ni una sola palabra. Tú, que eres mi delirio, mi despertar, mi sueño y mis tardes disfrazadas de noches. Tú, que eres mis puestas de sol. Tú, que me has hecho adicta a ti y a tus besos. Tú, que has hecho que esté perdiendo el norte por ti. Tú, que no dejas de sorprenderme...

(Y tú, que hoy te estás perdiendo la sonrisa que se está dibujando en mi cara al ver la lluvia caer)

domingo, 8 de agosto de 2010

Alguien dijo alguna vez:

"Las pequeñas cosas te hacen descubrir un mundo del que de inmediato quieres huir, pero que también rápidamente comprendes que jamás conseguiras escapar. El castigo de las pequeñas cosas es que su recuerdo te revela demasiado sobre ti mismo de un solo golpe."

Siempre he pensado que las pequeñas cosas son un reflejo de cada uno de nosotros. Son aquellos detalles, sin importancia aparente, que dan sentido a nuestra vida. Creo que lo mejor que te puede llegar a pasar es vivir rodeado de pequeñas cosas. Porque, esas pequeñas cosas, hacen grandes historias día a día. Y no importan las buenas noticias ni las grandes alegrías...sólo importan, sin excepción alguna, las pequeñas cosas.

Las pequeñas cosas como coger la cuchara de otra forma al resto, adorar el frío, los días nublados y los de lluvia, odiar el calor y el verano, sonreír sin motivo, soplar porque sí, dar besos en la oreja y casi reventar el tímpano, abrir las botellas y latas con la mano izquierda, odiar la coca-cola, la pepsi, la fanta y bebidas parecidas excepto el nestea, ser adicta a las galletas, m&m's, y a los batidos puleva, apoyar el lápiz en el dedo anular cuando la mayoría lo apoya en el corazón, pegar una frase triste en la pared, llevar el reloj en la mano derecha y por el otro lado, odiar las piscinas municipales y la tele, acordarse de cosas y detalles que casi nadie recuerda, odiar el color verde y antes ser el favorito, amar el buceo, el olor de la gasolina, los guantes y los calcetines (y más), son las cosas de las que no puedes huir, que revelan tus manías, que te diferencian del resto, pero que dan sentido a la vida y sin ellas, sería casi imposible conciliar bien el sueño.

jueves, 5 de agosto de 2010

Sólo importa lo que tú quieres que importe.

Todos los viajes que he hecho y todos los caminos que he recorrido me han llevado a ti. No sé si estoy en la dirección exacta ni tampoco sé si he llegado al sitio correcto. Pero si me he equivocado, volvería a equivocarme otra vez. Y aunque no me duelan los pies, aunque no esté cansada, no me voy a mover de aquí porque sé, que después de todo, no importan los viajes ni los largos caminos. Ni importan los días ni los meses que haya tenido que esperar. Ni siquiera importa la razón de todo esto. Lo que realmente importa son las personas y los momentos y cómo los recordaremos. Cómo, cada vez que pensemos en esos instantes llenos de felicidad, se dibujará una sonrisa en nuestras caras. Que, al fin y al cabo, a lo largo del camino las cosas suceden como tienen que suceder y hablando de planes...tenemos que contar con lo inesperado. Y tú eres algo in-esperado. Aunque por alguna extraña razón sabía que estabas en la puerta incluso antes de llamar...

(ahora sé que tu brújula tiene el norte correcto y que estamos en la dirección exacta)