No pienso rendirme. No me da la gana. Aún me quedan motivos de sobra para seguir luchando como si nunca hubiese perdido. Pienso romperme, descoserme, partirme, dejarme el aliento, doblarme del dolor. Aunque me tengan que dar puntos de sutura por las costuras, pero no voy a tirar la toalla. Nunca es tarde. Y perder una batalla no significa que sea imposible ganar la guerra.
(Cuando pierdo la esperanza y dejo de creer, este lugar me enseña a volverme a encontrar. Allí siento que, a pesar de que las luces del camino nos deslumbren y nos hagan probar el sabor a derrota, merece la pena seguir nuestros sueños. Sólo tengo miedo a una cosa: no volver a sentir lo que siento estando allí)
Se me hace raro ver esas fotos tan frías con este calor.
ResponderEliminar:)
pues claro que no hay que rendirse :)
ResponderEliminarun beso!
Cierto, perder una batalla no significa perder la guerra. Cuando, realmente, pierdes es en el momento en el que te cansas de luchar, así que, sigue adelante, a diario, paso a paso, unos días sin ganas y otros con demasiada, sin punto medio, pero adelante. La lucha es la verdadera guerra.
ResponderEliminarA veces tiramos la toalla, con todos nuestros progresos por haber perdido una sola lucha, sin darle tiempo al tiempo para curar las heridas. Grave error en el que espero que no caigas.
ResponderEliminarPreciosas fotografías :)
Un beso.
gracias por pasarte, y me laegro que te haya gustado la entrevista de rocio :)
ResponderEliminar